"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante."
  • Ernesto Che Guevara

jueves, 28 de enero de 2010

Se retrasará la edad de jubilación en España

El gobierno ''socialista'' presentará mañana una propuesta que pretende retrasar hasta los sesenta y siete años la edad de jubilación a partir de 2013. Dicha medida deberá contar con el consentimiento de los sindicatos pactistas y oligárquicos UGT Y CC.OO y de la patronal. Serán necesarios dos años más de trabajo asalariado para percibir todas las retribuciones de la jubilación. Dicha medida se tomará so pretexto del envejecimiento de la población y acompañada previsiblemente por infinidad de cifras económicas ininteligibles.

Podemos deducir de ello algunas conclusiones:

- Este episodio no es fruto de un cambio de la coyuntura política o económica, sino una manifestación más de los intereses diametralmente distintos entre burguesía y proletariado, estado burgués y clase obrera.

- Que los llamados partidos ''socialistas'' o ''socialdemócratas'' no son más que lo que Marx describía acertadamente en el Manifiesto Comunista como socialistas burgueses: Todo el socialismo de la burguesía se reduce, en efecto, a una tesis y es que los burgueses lo son y deben seguir siéndolo... en interés de la clase trabajadora.

-Que las relaciones laborales y el modo de producción conllevan un progresivo depauperamiento y proletarización de las clases oprimidas, cuyos opresores necesitan para mantener el sistema infligir cada vez más presión durante los períodos de crisis. Estos períodos pueden conducir, sin embargo a un fortalecimiento de la conciencia de clase, el momento tras el cual ''conceden'' mayores cotas de derechos, todo en vistas al mantenimiento de las prebendas y a la supremacía en las relaciones de fuerzas.

- Que la solución que se debe plantear no es la reforma en un marco hostil de preeminencia cada vez más absoluta de la burguesía, ni en ''ir a la zaga'' de partidos con programas combativos de modo somero y en la práctica reformistas. La solución es la revolución violenta dirigida por un partido comunista unificado, vanguardia del proletariado.

domingo, 24 de enero de 2010

TÓPICOS DEL CAPITALISMO ACERCA DEL COMUNISMO (3/3)


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Libertad en las instituciones:

Los medios, por ser burgueses, facilitan e impulsan el turnismo intentando una serie de relaciones antitéticas entre el partido conservador y el liberal. ¿Quién tendrá más representación en una asamblea? ¿Quién no reciba publicidad? Por otra parte, los funcionarios del gobierno trabajan para éste y reciben su línea directriz.

Libertad de propiedad:

Parafraseando a Marx en el Manifiesto Comunista, ¿Qué supone que el derecho de propiedad sea para todo si la propiedad se concentra en unos pocos? Hagamos la propiedad colectiva, entonces sí será de todos.

Electividad y sufragio:

Olvidándonos del régimen representativo, incidiendo sólo en que los partidos minoritarios necesitan más votos para conseguir representación, me centraré en la empresa. La empresa es la piedra angular del capitalismo. Concentra el capital en sus manos. Pero una empresa obedece al sistema de gobierno del siglo XV. Es una tecnocracia, incluso en algunos casos una monarquía hereditaria. La tecnocracia es el gobierno de los más preparados. ¿Pero para qué sirve dirigir? Lo importante es el trabajo. Nada se ha erigido, pintado o compuesto con capital, sino con trabajo.

Como conclusión, si nos liberamos de esos prejuicios diseminados a diestro y siniestro por la burguesía y dejamos de ser abúlicos para pasar a la acción, acometeremos la revolución con la libertad de conciencia que nos intentan desfigurar.

lunes, 18 de enero de 2010

REFORMA O REVOLUCIÓN (fragmento), Rosa Luxemburg

"Bernstein rechaza la “teoría del colapso” como camino histórico hacia el socialismo. ¿Cuál es el camino a la sociedad socialista que propone su “teoría de la adaptación del capitalismo”? Bernstein contesta indirectamente. Konrad Schmidt,28 en cambio, trata de responder a este detalle a la manera de Bernstein. Según él, “las luchas sindicales por la jornada laboral y el salario, y las luchas políticas por reformas conducirán a un control cada vez más extenso sobre las condiciones de producción” y “a medida que las leyes disminuyan los derechos del propietario capitalista, su papel se reducirá al de un simple administrador”. “El capitalista verá cómo su propiedad va perdiendo valor” hasta que finalmente “se le quitarán la dirección y administración de la explotación” y se instituirá la “explotación colectiva”.
Por ello, los sindicatos, la reforma social y, agrega Bernstein, la democratización política del Estado son los medios para la realización progresiva del socialismo.
Pero el hecho es que la función más importante de los sindicatos consiste en darles a los obreros el medio para realizar la ley capitalista del salario, es decir, la venta de su fuerza de trabajo al precio corriente del mercado. Los sindicatos permiten al proletariado utilizar a cada instante la coyuntura del mercado. Pero estas coyunturas -(1) la demanda de trabajo creada por el nivel de la producción, (2) la oferta de trabajo creada por la proletarización de las

capas medias de la sociedad y la reproducción natural de la clase obrera y (3) el grado momentáneo de productividad del trabajo- permanecen fuera de la esfera de influencia de los sindicatos. Los sindicatos no pueden derogar la ley del salario. En el mejor de los casos, bajo las circunstancias más favorables, pueden imponerle a la producción capitalista el límite “normal” del momento. No tienen, empero, el poder de suprimir la explotación misma, ni siquiera gradualmente.

Es cierto que Schmidt ve al movimiento sindical actual en su “débil etapa inicial”. Espera que “en el futuro” el “movimiento sindical ejercerá una influencia cada vez mayor sobre la regulación de la producción”. Pero por regulación de la producción entendemos dos cosas: intervención en el dominio técnico de la producción y fijar la escala de la producción misma. ¿Cuál es la naturaleza de la influencia que ejercen los sindicatos sobre ambos sectores? Es claro que en la técnica de la producción el interés del capitalista concuerda, en cierta medida, con el progreso y desarrollo de la economía capitalista. Sus propios intereses lo estimulan a efectuar mejoras técnicas. Pero el obrero aislado se encuentra en una posición totalmente distinta. Cada transformación técnica contradice sus intereses. Agrava la impotencia de su situación depreciando el valor de su fuerza de trabajo y tornando su trabajo más intenso, monótono y difícil. En la medida en que los sindicatos pueden intervenir en el departamento técnico de la producción, sólo pueden oponerse a la innovación tecnológica. Pero no actúan en concomitancia con los intereses de la clase obrera de conjunto y su emancipación, que más bien necesita del progreso de la técnica, y, por tanto, con el interés del capitalista aislado. Actúan aquí en sentido reaccionario. Y en realidad encontramos esfuerzos por parte de los obreros por intervenir en la parte técnica de la producción no en el futuro, donde la busca Schmidt, sino en el pasado del movimiento sindical. Esos esfuerzos caracterizaban a la vieja etapa del movimiento sindicalista inglés (hasta 1860), cuando las organizaciones británicas todavía estaban atadas a los vestigios de las “corporaciones” medievales y se inspiraban en el principio gastado de “un jornal justo por una jornada de trabajo justa”.

¿Para qué sirve la participación activa de los sindicatos en la fijación de la escala y costo de producción? Sirve para formar un cártel de obreros y empresarios contra el consumidor y, sobre todo, contra el empresario rival. Su efecto en nada difiere del de las asociaciones comunes de empresarios. Fundamentalmente ya no tenemos un conflicto entre el capital y el trabajo sino la solidaridad del capital y el trabajo contra el conjunto de los consumidores. Desde el punto de vista de su valor social, parece ser un movimiento reaccionario que no puede constituir una etapa en la lucha por la emancipación del proletariado porque es lo opuesto de la lucha de clases. Desde el punto de vista de su aplicación en la práctica es una utopía que, como lo demuestra una observación rápida, no puede extenderse a las grandes ramas de la industria que producen para el mercado mundial.

Inclusive dentro de los límites reales de su actividad el movimiento sindical no puede expandirse ilimitadamente como lo pretende la teoría de la adaptación. Por el contrario, si observamos los factores fundamentales del proceso social, vemos que no nos dirigimos hacia una época caracterizada por grandes avances de los sindicatos, antes bien hacia una época en que las dificultades que enfrentan los sindicatos aumentarán. Cuando el desarrollo de la industria haya alcanzado su cúspide y el capitalismo haya entrado en su fase descendente en el mercado mundial, la lucha sindical se hará doblemente difícil. En primer término, la coyuntura objetiva del mercado será menos favorable para los vendedores de fuerza de trabajo, porque la demanda de tuerza de trabajo aumentará a ritmo más lento y la oferta de trabajo a uno más lento que los que tienen actualmente. En segundo lugar, los capitalistas mismos, en vista de la necesidad de compensar las pérdidas sufridas en el mercado mundial, redoblarán sus esfuerzos tendientes a reducir la parte del producto total que les corresponde a los trabajadores (bajo la forma de salarios). Como dice Marx, la reducción de los salarios es uno de los medios principales para retardar la caída de las ganancias. La situación en Inglaterra ya nos da una imagen del comienzo de la segunda etapa del desarrollo sindical. La acción sindical se reduce necesariamente a la simple defensa de las conquistas ya obtenidas y hasta eso se vuelve cada vez más difícil. Tal es la tendencia general de las cosas en nuestra sociedad. La contrapartida de esa tendencia debería ser el desarrollo del aspecto político de la lucha de clases.
Konrad Schmidt comete el mismo error de perspectiva histórica al tratar la reforma social. Espera que la reforma social, al igual que la organización sindical, “dictará al capitalista las normas a las que deberá ajustarse para emplear la fuerza de trabajo”. Contemplando la reforma bajo esta luz, Bernstein califica la legislación laboral de parte del “control social” y, en tal carácter, de parte del socialismo. Asimismo Konrad Schmidt siempre usa el término “control social” cuando se refiere a las leyes protectoras. Una vez que ha transformado el Estado en sociedad, agrega confiado: “Es decir, la clase obrera en ascenso”. Como resultado de este truco de sustitución, las inocentes leyes laborales formuladas por el Consejo Federal Alemán se transforman en medidas socialistas transitorias supuestamente promulgadas por el proletariado alemán.
La mistificación es obvia. Sabemos que el Estado imperante no es la “sociedad” que representa a la “clase obrera en ascenso”. Es el representante de la sociedad capitalista. Es un Estado clasista. Por lo tanto, sus reformas no son la aplicación del “control social”, es decir, el control de la sociedad que decide libremente su propio proceso laboral. Son formas de control aplicadas por la organización clasista del capital a la producción de capital. Las llamadas reformas sociales son promulgadas en beneficio del capital.
Una premisa fundamental para la teoría de la realización gradual del socialismo mediante reformas sociales es el desarrollo objetivo de la propiedad capitalista y el Estado. Konrad Schmidt sostiene que el propietario capitalista tiende a perder sus derechos especiales en el proceso histórico y a ver reducido su papel al de un simple administrador. Cree que la expropiación de los medios de producción no puede efectuarse como un hecho histórico de una sola vez. Por eso recurre a la teoría de la expropiación por etapas. Teniendo esto en mente divide el derecho de propiedad en (1) derecho de “soberanía”
(propiedad), -que él atribuye a algo llamado “sociedad” y que quiere extender- y (2) su opuesto, el simple derecho de uso, ejercido por el capitalista, pero que supuestamente se reduce en manos del capitalista a la mera administración de su empresa.
O esta interpretación es un juego de palabras, en cuyo caso la teoría de la expropiación gradual carece de una base real, o es un cuadro real del desarrollo jurídico, en cuyo caso, como veremos, la teoría de la expropiación gradual es totalmente falsa.

La división del derecho de propiedad en varios derechos que lo componen, arreglo que le sirve a Konrad Schmidt de refugio a cuyo amparo puede construir su teoría de la “expropiación por etapas”, caracterizaba a la sociedad feudal, basada en la economía natural. En el feudalismo, las clases sociales de la época se repartían el producto total en base a las relaciones personales imperantes entre el señor feudal y sus siervos o arrendatarios. La distribución de la propiedad en varios derechos parciales reflejaba la forma de distribución de la riqueza social de la época. Con el pasaje de la economía a la producción de mercancías y la disolución de todos los vínculos personales entre los participantes en el proceso de producción, la relación entre hombres y cosas (es decir, la propiedad privada) se volvió recíprocamente más fuerte. Puesto que la división ya no se efectúa en base a las relaciones personales sino a través del intercambio, los distintos derechos a una parte de la riqueza social ya no se miden como fragmentos del derecho de propiedad que comparten un interés común. Se miden según los valores que cada uno vuelca al mercado.
El primer cambio introducido en las relaciones jurídicas por el avance de la producción de mercancías en las comunas medievales fue el desarrollo de la propiedad privada absoluta. Esta apareció en el propio seno de las relaciones jurídicas feudales. Este proceso ha avanzado a pasos agigantados en la producción capitalista. Cuanto más se socializa el proceso de producción, más se basa el proceso de distribución (reparto de la riqueza) en el cambio. Y cuanto más inviolable y cerrada se vuelve la propiedad privada, más se torna la propiedad capitalista de derecho al producto del propio trabajo en derecho a la apropiación del trabajo ajeno. Mientras el propio capitalista administra su fábrica, la distribución sigue en cierta medida ligada a su participación personal en el proceso de producción. Pero a medida que la administración personal por parte del capitalista se vuelve superflua —lo que ocurre en las sociedades por acciones modernas— la propiedad del capital, en lo que concierne a su derecho a participar en la distribución (división de la riqueza), se desvincula de toda relación personal con la producción. Aquí aparece en su 54
forma más pura. El derecho capitalista de la propiedad aparece en su máxima expresión en el capital apropiado bajo la forma de acciones y crédito industrial.
De modo que el esquema histórico de Konrad Schmidt, que pinta la transformación del capitalista “de propietario en mero administrador”, es desmentido por el proceso histórico real. En la realidad histórica, el capitalista tiende a transformarse de propietario y administrador en simple propietario.

Desde este punto de vista también el “control social” aparece bajo un aspecto diferente del que pinta Konrad Schmidt. Lo que hoy funciona como “control social” -legislación laboral, control de las organizaciones industriales mediante la tenencia de acciones, etcétera- nada tiene que ver con la “posesión suprema”. Lejos de constituir, como cree Schmidt, una reducción de la posesión capitalista, su “control social” es, por el contrario, una protección de dicha posesión. O, desde el punto de vista económico, no amenaza sino que regula la explotación capitalista. "


En conclusión, a parte de que toda la obra, "Reforma y revolución", es una réplica a las posturas revisionistas que abogan por la transformación del capitalismo en socialismo, en este fragmento se centra en el papel de los sindicatos.

La única tarea posible de los sindicatos dentro del sistema es regular los salarios - dentro de las leyes coyunturales del mercado-. Las leyes que supuestamente favorecen a los trabajadores, véanse mejora de salarios y de condiciones de trabajo, no proporcionan un control cada vez mayor sobre el sistema, como se ha visto en múltiples ocasiones- tenemos el ejemplo de la Francia de Leon Blum, que emprendió nacionalizaciones, que como vemos Francia no ha experimentado mucho cambio setenta años después, o la actual ''revolución bolivariana'', que ya veremos a que derroteros conduce. Estas leyes sólo conducen al aburguesamiento del proletariado y la pérdida de identidad de clase.

miércoles, 13 de enero de 2010

Expulsión del Eurodiputado Lluis Yáñez en Cuba

Ante la noticia de la expulsión del eurodiputado del PSOE Lluis Yáñez durante una visita a Cuba queríamos acercar nuestro punto de vista:

- Expresar nuestra solidaridad con los pueblos y con su derecho a implantar el socialismo, sin la injerencia ni el juicio exterior.

- Nuestro repudio hacia instituciones, organizaciones y particulares, sean la CIA o sean como este caso un sólo individuo en connivencia de entidades de índole ''altruista'' y socialliberales, en realidad esbirros del capitalismo.

-Nuestra solidaridad en especial con Cuba y con su gobierno. Apoyamos las medidas tomadas.



"Por todo ello, para mí la lucha contra la patología totalitaria de la derecha –que es el fascismo– y la patología totalitaria de la izquierda –que es el comunismo cuando llega al poder– es la misma lucha. No hay socialismo sin libertad pero es que, además, el comunismo en el poder empobreció, y empobrece, las condiciones materiales de sus pueblos, además de privarles de la libertad".

De nuevo el capitalismo, forzado a reprimir toda resistencia frente al liberalismo, salvaje y criminal, intenta, por un lado, acercar ambas doctrinas, irreconciliables (el fascismo se produce en el seno del capitalismo) y por otro reafirmar su fe ''socialista'', para atraer el voto de los trabajadores.


A continuación anexamos un documento
Francisco José Barjas Fernández, actual militante del Partido Comunista Obrero Español (P.C.O.E.):


"Tras leer varias veces la opinión del eurodiputado del PSOE Luis Yáñez-Barnuevo recogida por la sección de Opinión del Diario Público el día 9 de enero de 2010 quisiera manifestar que solamente coincido con él en que “el futuro de Cuba le corresponde decidirlo a los cubanos” y, en mi opinión, bien que lo hacen pues ya le agradaría a los diputados electos de este país llamado España, donde las participaciones en los comicios son notablemente bajos y la afiliación a los partidos minúscula, tener la mitad del respaldo otorgado al que el Pueblo cubano otorga a sus cargos electos en la masiva afluencia a las urnas a candidatos postulados por el Pueblo y no por mesas camillas, en campañas electorales donde abunda el embuste y el despilfarro financiadas por la banca, que es lo que se estila en el estado español. Y ya nos agradaría a los ciudadanos españoles poder exigir cuentas de la acción política realizada por los electos y tener capacidad revocatoria en cualquier momento, como se tiene en Cuba gracias a su sistema de elección, y no tener que aguantar durante cuatros años a políticos corrompidos, muchos de los cuales son compañeros de Partido del Sr. Yáñez-Barnuevo.

Pero el motivo de mi respuesta no es el salir en defensa de la República de Cuba y de su Revolución, pues por un lado ellos saben bien defenderse y, por el otro, lo que más le duelen a señores que no pisan la calle como los eurodiputados, sirva el ejemplo de Luis Yáñez, es que Cuba es un ejemplo para muchísima gente – cada vez más – que anhelan un verdadero mundo de paz y libertad, donde el ser humano sea el centro de todo acabando con la desigualdad, pero todo ello es incompatible con la existencia de explotación y sometimiento, o lo que es lo mismo, mientras exista el sistema capitalista de producción. El motivo de mi respuesta es salir en defensa de términos como libertad o democracia que están siendo manoseados por una casta política que se sitúa por encima de la Sociedad, políticos que están estrechamente ligados con los monopolios capitalistas y cuando dejan su trabajo en el escaño no dudan en engrosar las listas de los directivos y gestores de dichos monopolios, abundan los ejemplos entre los que destacan muchos del Partido del Eurodiputado Luis Yáñez. Partido que a la par es beneficiario de condonaciones de préstamos bancarios que la oligarquía financiera no duda en perdonarles.

El Eurodiputado Luis Yáñez, al igual que los dirigentes políticos de los partidos capitalistas, no tienen autoridad moral para hablar de democracia y libertad pues callan y miran para otro lado ante la ausencia de democracia y libertad que padecen sus compatriotas. En el estado español son millones los trabajadores que temen ejercer su derecho a defender colectivamente sus intereses y presentarse o convocar elecciones sindicales en su centro de trabajo por temor a las represalias. ¿Cómo es posible eso en un estado tan democrático y de derecho cómo el español? Las consecuencias de las políticas realizadas por los “demócratas” políticos, como los del Partido del eurodiputado Luis Yáñez, nos dicen que la democracia y la libertad que pregonan significan para la mayoría trabajadora persecución sindical, siniestralidad laboral (con miles de muertos y centenares de miles de obreros mutilados), temporalidad en el empleo (de los 16.681.237 contratos que se hicieron en 2008, sólo dos millones fueron indefinidos y, además, la duración media de los contratos fue, en 2008, de 78,48 días). En el país del Eurodiputado Luis Yáñez, la libertad y la democracia significan en el mundo del trabajo impunidad del empresario en referencia a la violación de los derechos de los trabajadores y manos libres para despedir. Porque el empresario, en este sistema es juez de primera instancia y despide con impunidad al obrero, que no tiene tan siquiera presunción de inocencia quedándole a éste la única opción de acudir a una apelación o segunda instancia en el Juzgado, donde además de una legislación adversa se dilatan los procesos de tal forma que éste no puede más que sucumbir por inanición. En España, y tal como se contabiliza el desempleo que no refleja la realidad del mismo, se roza el 20% de desempleo, casi cuatro millones de personas a las que se les niega el derecho al trabajo. Podríamos hablar de las pensiones de miseria que los jubilados perciben, del fracaso escolar, de la exclusión social, del racismo, de las cada vez más frecuentes enfermedades psicológicas provocadas por la sobreexplotación, de su respeto a los NOES a la Constitución europea de varios pueblos introduciéndolo por la puerta de atrás vía tratado de Lisboa de los vergonzantes referéndums que realizan donde se refrendan cosas no aprobadas con el voto positivo de la mayoría, etc..., todo ello en esta democracia y libertad por la que el Sr. Yáñez dice que ha luchado desde 1.962. Pero no nos engañemos ni nos dejemos engañar, este eurodiputado pretende equipararnos al fascismo con el comunismo haciendo una mediocre aplicación de la teoría del término medio de Aristóteles, teoría refutada y falsa por cierto, en el ámbito de la política para así loar al sistema de explotación capitalista, su sistema y que le proporciona unos buenos emolumentos como político profesional, que está conduciendo a la humanidad a la guerra, a la muerte y a la miseria. No puede existir libertad mientras existan explotadores y explotados, pues la libertad para el explotado será la de liberarse de la explotación y ser dueño de su futuro, de su vida, de lo que genere. Al igual que no puede haber socialismo, ni democracia, mientras la mayoría trabajadora esté sometida por una minoría parasitaria que se apropia del fruto de trabajo de esa mayoría trabajadora y que determina qué se produce en base a sus intereses crematísticos y no en base a las necesidades de la mayoría del Pueblo. Su libertad, Sr. Yáñez, es la libertad para explotar, para ilegalizar a partidos políticos e ideologías – no me refiero sólo a los independentistas vascos sino a los que sus colegas gobiernos de la UE hacen con organizaciones comunistas en la antigua Europa del Este - que no sean las suyas burguesas y sus políticas sociales no son más que acentuar la injusticia, la desigualdad y la explotación para que unos pocos sean mucho más ricos para que una mayoría sea mucho más pobre y para demostrar esto no hay que salir de la península sino observar la realidad que dice que el crecimiento real de los salarios entre 1995 y 2005 – antes de la cacareada crisis que ha incrementado los patrimonios de los muy ricos –fue del -0,30% y que el crecimiento real de los beneficios empresariales en ese periodo fue del +73% según expresa la OCDE o que las indemnizaciones por despido en 1980 eran una media de 60 días por año trabajado y hoy son una media de 19 días por año trabajado.

Con todos estos datos, Sr. Yáñez, creo que poca autoridad moral tiene usted para hablar de democracia y de libertad. Empiecen por hacer algo por su pueblo, que se desangra, y dejen que otros Pueblos construyan su futuro como estimen conveniente. Y ya que habla de Cuba, sería bueno que los diputados españoles y eurodiputados se fijaran en los salarios que tienen sus homólogos cubanos ¿Verdad Sr. Yáñez?"

lunes, 11 de enero de 2010

TÓPICOS DEL CAPITALISMO ACERCA DEL COMUNISMO (2/3)


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El comunismo es fruto de un contexto social diferente

En el siglo XIX había clases sociales. Había opresión del sistema. Represión anticomunista (Ese ejército de ocupación del Imperio Español llamado Ertzaintza llevándose retratos de Lenin, o países como Hungría prohibiendo la simbología comunista) Había turnismo político. ¿Qué tiene de distinto el contexto? Por cierto, porcentualmente es ahora cuando más hambre hay en el mundo, Mil millones de personas. Dejémoslo ahí.

El comunismo es violento
¿Acaso no utiliza el capitalismo la violencia, por ejemplo, disolviendo manifestaciones, invadiendo países, o si me apuras, expropiando viviendas a los trabajadores, defenestrando los recursos de un país ajeno y volviendo la cabeza ante sus terribles conflictos internos? Como vemos, la dicotomía del capitalismo es enfermiza.

El comunismo no funciona

¿Funcionaría acaso en un país expoliado por el influjo y el embargo, sujeto al devenir de la globalización? ¿Y si te digo que ese país es Cuba? Entonces la cosa cambia, ¿no? El ostracismo al que se somete a quien osa defender el comunismo es simplemente una forma más de censura.

A la pregunta primera: La lucha de clases es una ciencia social válida para todos los períodos históricos.

A la pregunta segunda: La violencia y por contraposición la paz, al igual que la democracia, es un recurso, utilizado por la burguesía para acongojar y conmover al pueblo en contra de su lucha. La guerra imperialista es abominable. Pero el sistema capitalista está hecho para los capitalistas. ¿Y nos preguntaron si queríamos vivir en él? La revolución por ser violenta no implica ser también cruenta.


domingo, 10 de enero de 2010

POLÉMICA STALIN-TROTSKY (1/3)

Introducción.

Sin intención de emprender una labor historiográfica, analizaremos las ideas y acciones de Stalin y Trotsky desde la perspectiva marxista leninista.
En primer lugar, qué no se ha dicho de Stalin: Asesino en masa, contrarrevolucionario, pragmático. Intentaré indagar en lo controvertido de su figura objetivamente.

- "Purgó" a los sujetos más sobresalientes del partido: Lenin expuso el llamado posteriormente centralismo democrático. Este tiene unas premisas. Una de ellas es la ‘’unidad de voluntad’’, de la que se derivan los depuramientos en el seno del partido que evitan perder tiempo y fuerzas en dirimir conflictos y refrenar el ascenso de elementos oportunistas. Trotsky, Kamenev, Zinoviev y Bujarin entablaron una lucha furiosa contra la dirección del partido, y fueron expulsadosLos juicios y las ejecuciones: Quien haga juicio a este respecto, lo hace desde la convicción de que el ‘’sistema democrático’’ conlleva división de poderes, algo falso de modo palmario.

- Lenin expresó su disconformidad con la política de Stalin: El testamento político no se puede considerar un documento jurídicamente vinculante. Además, todos aquellos que apelan al texto, están cayendo en el culto a la personalidad (de Lenin) que le atribuyen a los epígonos de Stalin
El mismo documento critica al propio Trotsky y lo desautoriza de gobernar. Además, ve peligrosas las fricciones mutuas. (Stalin-Trotsky)

- Stalin provocó una hambruna con la colectivización: Ciertamente, dicha hambruna fue en parte provocada por los kulaks -campesinos ricos- que sacrificaban el ganado en pos de dificultar la tarea.

- Stalin frenó el movimiento obrero, derogando la Komintern y la Profintern: Los defensores de Stalin arguyen que fue para favorecer la alianza antifascista, Quizá fuera solo una ‘’táctica de retirada’’, como las que expone en los fundamentos del leninismo, razonamiento que cobra fuerza con la creación de la Kominform, aunque esta tuviera menos significación. Personalmente, opino que fue un error de táctica gravísimo. Sin embargo de ahí a frenar el movimiento obrero hay un gran trecho. Más grave fue la estrategia de ‘’coexistencia pacífica’’ de Kruschev.

(PARTE 2)

jueves, 7 de enero de 2010

TÓPICOS DEL CAPITALISMO ACERCA DEL COMUNISMO (1/3)


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"El capitalismo es una democracia". Una vez que nos liberemos de este aserto, nos liberaremos de complejos para emprender la revolución. El burgués ha repetido las siguientes afirmaciones hasta convertirlas en dogma:

LIBERTAD DE EXPRESIÓN:
A- En la empresa: Independientemente de que no podamos rebatir ni cuestionar órdenes de nuestros superiores, la huelga y otros métodos, han sido usados como panacea; La huelga tiene que estar subordinada a la jerarquía de un sindicato para ser legal. Sindicato que abjura de la lucha de clases, que es únicamente un agente más del régimen. Existen en cambio, sindicatos combativos y autogestionados que mantienen la lucha social como estandarte y no claudican ni negocian con el patrón.

B- En los medios: La libertad de expresión está condicionada por la puja económica. En un sistema capitalista ¿Quién tiene opción de hacer acto de presencia en los mass media? ¿A quién financiarán proveedores o productores? ¿A los comunistas?
Sin embargo Internet ha emergido como fuerza revolucionaria, y no sólo como crisol del desarrollo capitalista. Internet es un flujo continuo de tendencias independientes. De hecho, diferentes gobiernos, al ver su empuje, su confrontación al liberalismo, están intentando ponerle coto. Tomemos los medios capitalistas, y haciéndolos nuestros hagámoslos de todos.



C- En la individualidad y la vida cotidiana: Después de habernos manipulado los medios por los cuatro costados, ahora nos encontramos que existe una especie de alianza tácita para denostar al comunismo.

martes, 5 de enero de 2010

La polémica Stalin-Trotsky


A pesar de haber pasado ochenta años de las primeras discrepancias, desaparecido el contextó histórico que las dio aparición, la polémica entre estos dos revolucionarios continua. En unos días pasaremos a analizarla sucintamente desde sus obras mas conocidas: Los fundamentos del leninismo de Stalin y la revolución permanente de Trotsky. Tendrá dos finalidades

-Eliminar todo maniqueísmo de la figura de Stalin: no presentarlo ni como un dios ni como un ogro.

-Desvincular a Trotsky de sus ''seguidores'' más acérrimos (trotskistas), asi como evitar tanto mortificarlo, no llamándolo contrarrevolucionario como encumbrarlo, exponiendo sus múltiples errores.

LOS FUNDAMENTOS DEL LENINISMO (1) ,de J. Stalin

Selección del capítulo VI: La cuestión nacional

Esto no significa, por supuesto, que el proletariado deba apoyar todo movimiento nacional, siempre y en todas partes, en todos y en cada uno de los casos concretos. De lo que se trata es de apoyar los movimientos nacionales encaminados a debilitar el imperialismo, a derrocarlo, y no a reforzarlo y mantenerlo. Hay casos en que los movimientos nacionales de determinados países oprimidos chocan con los intereses del desarrollo del movimiento proletario. Cae de su peso que en esos casos ni siquiera puede hablarse de apoyo. La cuestión de los derechos de las naciones no es una cuestión aislada, independiente, sino una parte de la cuestión general de la revolución proletaria, una parte supeditada al todo y que debe ser enfocada desde el punto de vista del todo. En los años 40 del siglo pasado, Marx defendía el movimiento nacional de los polacos y de los húngaros contra el movimiento nacional de los checos y de los sudeslavos. ¿Por qué? Porque los checos y los sudeslavos eran por aquel entonces "pueblos reaccionarios", "puestos avanzados de Rusia" en Europa, puestos avanzados del absolutismo, mientras que los polacos y los húngaros eran "pueblos revolucionarios", que luchaban contra el absolutismo. Porque apoyar el movimiento nacional de los checos y de los sudeslavos significaba entonces apoyar indirectamente al zarismo, el enemigo más peligroso del movimiento revolucionario de Europa.

Las distintas reivindicaciones de la democracia -dice Lenin-, incluyendo la de la autodeterminación, no son algo absoluto, sino una partícula de todo el movimiento democrático (hoy, socialista) mundial. Puede suceder que, en un caso dado, una partícula se halle en contradicción con el todo; entonces, hay que desecharla (v. t. XIX, págs. 257-258).

[...]

Otro tanto hay que decir del carácter revolucionario de los movimientos nacionales en general. El carácter indudablemente revolucionario de la inmensa mayoría de los movimientos nacionales es algo tan relativo y peculiar, como lo es el carácter posiblemente reaccionario de algunos movimientos nacionales concretos. El carácter revolucionario del movimiento nacional, en las condiciones de la opresión imperialista, no presupone forzosamente, ni mucho menos, la existencia de elementos proletarios en el movimiento, la existencia de un programa revolucionario o republicano del movimiento, la existencia en éste de una base democrática. La lucha del emir de Afganistán por la independencia de su país es una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar de las ideas monárquicas del emir y de sus partidarios, porque esa lucha debilita al imperialismo, lo descompone, lo socava. [...]La lucha de los comerciantes y de los intelectuales burgueses egipcios por la independencia de Egipto es, por las mismas causas, una lucha objetivamente revolucionaria, a pesar del origen burgués y de la condición burguesa de los líderes del movimiento nacional egipcio, a pesar de que estén en contra del socialismo. En cambio, la lucha del gobierno "obrero" inglés por mantener a Egipto en una situación de dependencia es, por las mismas causas, una lucha reaccionaria, a pesar del origen proletario y del título proletario de los miembros de ese gobierno, a pesar de que son "partidarios" del socialismo.

[...]

2) El movimiento de liberación de los pueblos oprimidos y la revolución proletaria. Al resolver la cuestión nacional, el leninismo parte de los principios siguientes:

a) el mundo está dividido en dos campos: el que integran un puñado de naciones civilizadas, que poseen el capital financiero y explotan a la inmensa mayoría de la población del planeta, y el campo de los pueblos oprimidos y explotados de las colonias y de los países dependientes, que forman esta mayoría;

b) las colonias y los países dependientes, oprimidos y explotados por el capital financiero, constituyen una formidable reserva y es el más importante manantial de fuerzas para el imperialismo;

c) la lucha revolucionaria de los pueblos oprimidos de las colonias y de los países dependientes contra el imperialismo es el único camino por el que dichos pueblos pueden emanciparse de la opresión y de la explotación;

d) las colonias y los países dependientes más importantes han iniciado ya el movimiento de liberación nacional, que tiene que conducir por fuerza a la crisis del capitalismo mundial;

e) los intereses del movimiento proletario en los países desarrollados y del movimiento de liberación nacional en las colonias exigen la unión de estas dos formas del movimiento revolucionario en un frente común contra el enemigo común, contra el imperialismo;

f) la clase obrera en los países desarrollados no puede triunfar, ni los pueblos oprimidos liberarse del yugo del imperialismo, sin la formación y consolidación de un frente revolucionario común;

g) este frente revolucionario común no puede formarse si el proletariado de las naciones opresoras no presta un apoyo directo y resuelto al movimiento de liberación de los pueblos oprimidos contra el imperialismo "de su propia patria", pues "el pueblo que oprime a otros pueblos no puede ser libre" (Engels);

h) este apoyo significa: sostener, defender y llevar a la práctica la consigna del derecho de las naciones a la separación y a la existencia como Estados independientes;

i) sin poner en práctica esta consigna es imposible lograr la unificación y la colaboración de las naciones en una sola economía mundial, que constituye la base material para el triunfo del socialismo en el mundo entero;

j) esta unificación sólo puede ser una unificación voluntaria, erigida sobre la base de la confianza mutua y de relaciones fraternales entre los pueblos

De aquí se derivan dos aspectos, dos tendencias en la cuestión nacional: la tendencia a liberarse políticamente de las cadenas del imperialismo y a formar Estados nacionales independientes, que ha surgido sobre la base de la opresión imperialista y de la explotación colonial, y la tendencia al acercamiento económico de las naciones, que ha surgido a consecuencia de la formación de un mercado y una economía mundiales.

El capitalismo en desarrollo -dice Lenin- conoce dos tendencias históricas en la cuestión nacional. Primera: el despertar de la vida nacional y de los movimientos nacionales, la lucha contra toda opresión nacional, la creación de Estados nacionales. Segunda: el desarrollo y la multiplicación de vínculos de todo género entre las naciones, la destrucción de las barreras nacionales, la creación de la unidad internacional del capital, de la vida económica en general, de la política, de la ciencia, etc.
Ambas tendencias son una ley mundial del capitalismo. La primera predomina en los comienzos de su desarrollo, la segunda caracteriza al capitalismo maduro, que marcha hacia su transformación en sociedad socialista (v. t. XVII, págs. 139-140).

Para el imperialismo, estas dos tendencias son contradicciones inconciliables, porque el imperialismo no puede vivir sin explotar a las colonias y sin mantenerlas por la fuerza en el marco de "un todo único"; porque el imperialismo no puede aproximar a las naciones más que mediante anexiones y conquistas coloniales, sin las que, hablando en términos generales, es inconcebible.

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Con este fragmento, quería resaltar que estas palabras siguen en boga a día de hoy. Podemos destacar dos conclusiones:

-Que no todos los movimientos emancipadores de las naciones deben ser apoyados, más bien los que vayan en contra de los intereses del imperialismo. Podemos poner ejemplos más o menos actuales.

*A favor del Imperialismo: La escisión de Yugoslavia y de las repúblicas soviéticas (Estonia, Letonia, Lituania, Ucrania, etc.) en el marco de la contrarrevolución

*En contra del Imperialismo: Las demandas escisionistas de la Península Ibérica, la demanda unificacionista de Irlanda.

-Que no se debe olvidar los intereses de los países ''iletrados'', pues entrañaría cierta postura racista, que el verdadero internacionalismo consiste en apoyar los movimientos revolucionarios en el país que sea, pues es fruto de una cadena, y suele ser el país revolucionado el eslabón más débil de la cadena imperialista. Así mismo, los proletarios de los países imperialistas deben abogar por la separación de estos territorios, mientras que los de países oprimidos deben luchar por la coligación de fuerzas, evitando la germinación del ''patrioterismo''.