La Revolución Bolivariana no es sólo el proceso
que abrió en Venezuela Hugo Chávez en 1998 con el Movimiento Quinta República,
luego Partido Socialista Unido de Venezuela. La Revolución Bolivariana tiene
sede en Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Paraguay
pero también en Cuba, uno de sus inspiradores pero también coordinador
de un movimiento regional que incluye las ansias de sacudirse el yugo imperial,
una gobernabilidad conjunta, un modelo económico distinto al neoliberal que
triunfa en Europa, mayor participación democrática, reforzar las raíces, las
características culturales mutuas.
Existen muchas organizaciones que se atribuyen el mérito de ser
canalizador de los intereses de países muy distintos, intereses muchas veces
contradictorios, de lenguas distintas, religiones y razas. La Unión Europea se
reivindica como un proyecto común que viene a continuar el legado del Imperio
Romano, Carlomagno o el Sacro Imperio. Creen tener la misión mesiánica de
reunificar Europa y a través de ello guiar al mundo en el respeto de los
derechos humanos, la libertad de conciencia y la pluralidad ideológica. La
caída del Muro de Berlín y la ''reunificación'' se ha visto como un hito. El
desmembramiento del Bloque Socialista supuso el fin de la división de Europa,
el fin del mundo bipolar en el que dos superpotencias controlan los destinos de
un continente en pos de sus propios intereses. Esto es sólo una prueba más de
que la arrogancia de Europa, su mentalidad imperial, su presunción, no le
permite depender de otros países, sino que es ella la que debe controlar los
destinos de las naciones. Se intenta demonizar a la República Democrática
Alemana por la erección del Muro de Protección Antifascista. Lo que se oculta
es que la Alemania Federal nunca reconoció realmente a su vecino. Las
provocaciones y coacciones fueron numerosas.
Carteles electorales de los dos principales partidos
alemanes, partido Socialdemócrata (SPD) y Partido democristiano (CDU), ambos
llamando a fagocitar Alemania del Este y a recuperar otros territorios como
Gdansk y Kaliningrado (Königsberg), algo que nos retrotrae al expansionismo
nazi.
Pues bien, las políticas de la Unión Europea se han centrado
en la devaluación de derechos sociales y laborales. Para ello han aprovechado
la crisis de la deuda. El Deutsche Bank es uno de los principales acreedores de
los bancos griegos. Los bancos griegos no pueden pagar esa deuda y por eso
amenazan con quebrar. El 40% de la deuda de España es de bancos franceses y
alemanes a través de empréstitos. Merkel se apresura a pedir que inyecten
cantidades millonarias a los bancos para que estos puedan pagar a sus
acreedores teutones. Esos ``rescates´´ se pagan con los impuestos del
contribuyente, sin que los beneficios de los bancos se distribuyan
equitativamente. Tenemos pues, gobernantes que se convierten en defensores de
los bancos y luchan por los intereses de la burguesía de sus respectivos países
en contra de los intereses del común de los ciudadanos europeos, algo que
contrasta con la confraternización presente en los procesos de América. Tenemos
también que se aprovecha con oportunismo la situación para aplicar medidas a
favor de la ``devaluación competitiva´´ de los salarios. ¿Qué quiere decir esto? La plusvalía es la
diferencia entre lo que el patrón necesita para comprar la maquinaria y la
fuerza de trabajo y el trabajo excedente, el trabajo que va más allá del
trabajo necesario del obrero. Esto genera el beneficio. Una parte del trabajo
del obrero no es remunerado. La ``devaluación competitiva´´ no es más que el aumento
de la plusvalía a través del aumento de la jornada de trabajo, lo que se llama
``plusvalía absoluta´´. Estas medidas intentan incrementar la tasa de ganancia
del patrón y no mejorar las condiciones del obrero, que al contrario, se
endurecen. Buscan competir con países como China para vender los productos
baratos al extranjero, no para el autoconsumo. No les interesa que los propios
obreros europeos consuman, estos son sólo un vehículo para el enriquecimiento
de las élites. La Europa de las naciones es la Europa de los banqueros, la
Europa de los capitalistas, unos capitalistas que lejos de encerrar sus
diferencias en un proyecto común se enfrentan como perros de presa, y como
vemos, es el Imperialismo Alemán el que está triunfando en esta contienda. Al
contrario que esta Europa de intereses pecuniarios América nos alienta a
construir un mundo basado en el humanismo, la solidaridad y la sostenibilidad.