"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante."
  • Ernesto Che Guevara

lunes, 25 de marzo de 2013

El imperialismo europeo vs. La América de los pueblos





La Revolución Bolivariana no es sólo el proceso que abrió en Venezuela Hugo Chávez en 1998 con el Movimiento Quinta República, luego Partido Socialista Unido de Venezuela. La Revolución Bolivariana tiene sede en Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Paraguay  pero también en Cuba, uno de sus inspiradores pero también coordinador de un movimiento regional que incluye las ansias de sacudirse el yugo imperial, una gobernabilidad conjunta, un modelo económico distinto al neoliberal que triunfa en Europa, mayor participación democrática, reforzar las raíces, las características culturales mutuas.  Existen muchas organizaciones que se atribuyen el mérito de ser canalizador de los intereses de países muy distintos, intereses muchas veces contradictorios, de lenguas distintas, religiones y razas. La Unión Europea se reivindica como un proyecto común que viene a continuar el legado del Imperio Romano, Carlomagno o el Sacro Imperio. Creen tener la misión mesiánica de reunificar Europa y a través de ello guiar al mundo en el respeto de los derechos humanos, la libertad de conciencia y la pluralidad ideológica. La caída del Muro de Berlín y la ''reunificación'' se ha visto como un hito. El desmembramiento del Bloque Socialista supuso el fin de la división de Europa, el fin del mundo bipolar en el que dos superpotencias controlan los destinos de un continente en pos de sus propios intereses. Esto es sólo una prueba más de que la arrogancia de Europa, su mentalidad imperial, su presunción, no le permite depender de otros países, sino que es ella la que debe controlar los destinos de las naciones. Se intenta demonizar a la República Democrática Alemana por la erección del Muro de Protección Antifascista. Lo que se oculta es que la Alemania Federal nunca reconoció realmente a su vecino. Las provocaciones y coacciones fueron numerosas.




 

 Carteles electorales de los dos principales partidos alemanes, partido Socialdemócrata (SPD) y Partido democristiano (CDU), ambos llamando a fagocitar Alemania del Este y a recuperar otros territorios como Gdansk y Kaliningrado (Königsberg), algo que nos retrotrae al expansionismo nazi. 
 

 Pues bien, las políticas de la Unión Europea se han centrado en la devaluación de derechos sociales y laborales. Para ello han aprovechado la crisis de la deuda. El Deutsche Bank es uno de los principales acreedores de los bancos griegos. Los bancos griegos no pueden pagar esa deuda y por eso amenazan con quebrar. El 40% de la deuda de España es de bancos franceses y alemanes a través de empréstitos. Merkel se apresura a pedir que inyecten cantidades millonarias a los bancos para que estos puedan pagar a sus acreedores teutones. Esos ``rescates´´ se pagan con los impuestos del contribuyente, sin que los beneficios de los bancos se distribuyan equitativamente. Tenemos pues, gobernantes que se convierten en defensores de los bancos y luchan por los intereses de la burguesía de sus respectivos países en contra de los intereses del común de los ciudadanos europeos, algo que contrasta con la confraternización presente en los procesos de América. Tenemos también que se aprovecha con oportunismo la situación para aplicar medidas a favor de la ``devaluación competitiva´´ de los salarios.  ¿Qué quiere decir esto? La plusvalía es la diferencia entre lo que el patrón necesita para comprar la maquinaria y la fuerza de trabajo y el trabajo excedente, el trabajo que va más allá del trabajo necesario del obrero. Esto genera el beneficio. Una parte del trabajo del obrero no es remunerado. La ``devaluación competitiva´´ no es más que el aumento de la plusvalía a través del aumento de la jornada de trabajo, lo que se llama ``plusvalía absoluta´´. Estas medidas intentan incrementar la tasa de ganancia del patrón y no mejorar las condiciones del obrero, que al contrario, se endurecen. Buscan competir con países como China para vender los productos baratos al extranjero, no para el autoconsumo. No les interesa que los propios obreros europeos consuman, estos son sólo un vehículo para el enriquecimiento de las élites. La Europa de las naciones es la Europa de los banqueros, la Europa de los capitalistas, unos capitalistas que lejos de encerrar sus diferencias en un proyecto común se enfrentan como perros de presa, y como vemos, es el Imperialismo Alemán el que está triunfando en esta contienda. Al contrario que esta Europa de intereses pecuniarios América nos alienta a construir un mundo basado en el humanismo, la solidaridad  y la sostenibilidad.