"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante."
  • Ernesto Che Guevara

martes, 21 de septiembre de 2010

Devenir del capitalismo y extinción del modelo mixto

Lenin barriendo el capitalismo, el imperialismo y la burguesía
Actualmente vivimos un momento económico-social de gran complejidad. Los derroteros a los que nos conducirá resultan inciertos. Ante todo el modelo económico vigente continúa siendo el que Lenin desgranó como imperialismo, la fase superior del capitalismo. Fase superior porque el capitalismo es un fenómeno que trasciende los límites nacionales, porque las grandes empresas, poseedoras del grueso del capital, se expanden hasta otros países. En cambio, los capitales de esas empresas se desvían hacia un país, produciéndose el llamado neocolonialismo. Los países ricos siguen explotando los recursos de los pobres, sin ningún freno. Como hemos visto en la cumbre de ''objetivos del milenio'', los países ricos, mantienen una fachada de ''preocupados por el hambre y la miseria''. Después de recortar los derechos de los trabajadores de su país sin ningún pudor, el presidente ''socialista'' y ''obrero'' Zapatero propone fijar una tasa a las entidades bancarias para combatir el hambre y la pobreza. El FMI se sorprende de las ''catastróficas'' consecuencias que está teniendo la crisis, a pesar de, con soberbia y arrogancia, obligar a los gobiernos, que servilmente aceptan, a hacer recortes impensables hace unos años. La hasta el momento triunfante revolución cubana ha sido una de las pocas voces a nivel mundial que se atreve a proponer un modelo económico distinto, ha sido ante la ONU. Por desgracia se olvida que no es el factor social el que preocupa a los agentes gubernamentales de todo el mundo, sino la rentabilidad y la defensa de unos intereses de clase.

El gobierno español obliga a los sindicatos, ya de por si desmovilizados, a cumplir unos servicios mínimos en vistas a la huelga general. Los sindicatos han estado desaparecidos a lo largo de toda la crisis. La burocratización es inmensa, los liberados sindicales y la cúpula forman una jerarquía afín y conciliadora con el gobierno y la patronal. Por desgracia lo que se nos avecina son las secuelas de el ''estado del bienestar'' que ahora cae como millones de fichas de dominó. Restañadas las heridas de la opresión patronal más sangrienta, de la connivencia con el fascismo, y olvidada la lucha de clases a nivel internacional con la caída del bloque oriental, ya no hay enemigo que combatir. Pero la burguesía no ha llevado al mundo a la paz tras la victoria. Siguen luchando sus diferentes eslabones por el reparto de recursos y la hegemonía. Prueba de ello es que sigue existiendo el estado, cada uno de ellos o agrupacion superestatal (Unión europea) defiende sus intereses en contra de los de otros países. Si el socialismo triunfa el estado no sería necesario como tal, ni el partido vanguardia del proletariado. Los objetivos se verían cumplidos y la paz realizada.

Hasta el momento, los estados actuales mantienen la portada de parlamentarismo. No obstante esta cada vez es más débil. Recordemos los procesos de ilegalización de formaciones políticas en Euskal Herria. A pesar de que expresan la intención de negociar una salida pacífica al conflicto, el gobierno continúa emperrado en eludir la vía del diálogo, patentizando su verdadera intención. Mencionemos tambien, por ejemplo, la expulsión de gitanos rumanos en Francia. En fin, los gobiernos están unificando la tradición parlamentaria y el fascismo real. Tal es la fisionomía de los gobiernos burgueses en la actualidad.     

En resumen, cuando se  ha silenciado el principal peligro para la burguesía, que es el movimiento obrero, el estado burgués ya no necesita subterfugio alguno para continuar su expansión. Los procesos de reconversión industrial, ''la tercialización'' unida a deslocalización industrial y al neocolonialismo, la precariedad y la temporalidad, la desregularización del despido.

Estrategia sindical para los próximos años (leve acercamiento)

En todo ello juegan un papel esencial los sindicatos del régimen. Han desmovilizado a la clase obrera, canalizando sus reivindicaciones a través de sus procedimientos burocráticos. La huelga general es tardía y al parecer no se ha levantado la bulla que se esperaba. Pero a pesar de la confabulación de los medios, existe aún la posibilidad de acabar la jornada en éxito.

Nuestra propuesta, un frente revolucionario sindical con dirección federal, para asegurar la heterogeneidad y la afluencia de diferentes corrientes anticapitalistas.

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