"No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante."
  • Ernesto Che Guevara

domingo, 13 de diciembre de 2009

LA DICTADURA EMPRESARIAL


¿Realmente nos hallamos en un estado democrático, de derecho, que garantiza las libertades individuales? ¿Hasta qué punto somos dueños de nuestros propios destinos, sueños, ideales? Cualquier persona perteneciente a cualquier estrato social y aun a cualquier ideología respondería sin ambages: Nos encontramos verdaderamente en un estado legal, democrático, de estricta división de poderes, que aplica la libertad de expresión, prensa, asociación, representativo, con elecciones ejecutivas por sufragio universal, directas y secretas, etc. Pues yo pronunciaré sin temor a equivocarme este aserto: Falso; Rigurosamente falso.

La democracia no existe. No existe en el sentido empírico. La libertad se ve poderosamente coartada en todos los ámbitos de nuestra vida. Si bien es cierto que los derechos han mostrado una evolución crítica desde la fundación de la sociedad no es menos cierto que las restricciones de la Autoridad Estatal han sido reemplazadas por las restricciones de la Autoridad Corporativa desde la aparición del sistema Capitalista.

Sinteticemos por cuadragésima vez qué supone el modo de producción capitalista. El capitalismo significa liberalizar toda actividad comercial. Toda la producción de bienes corre a cargo de los capitalistas, bien mediante los trust o por acuerdos o por coexistencia competitiva y beligerante. El Estado se encarga, en el peor de los casos, sólo de acometer reformas para lo cual solicita el servicio de una empresa. Pongamos el ejemplo de la construcción de una carretera. El Estado necesita la cooperación de sociedades de la construcción y por último necesita brea, derivado petrolífero. El petróleo, combustible fósil de organismos marítimos, sólo aparece o bien en zonas oceánicas o en zonas antiguamente recubiertas de agua, por tanto es un bien disperso y escaso, por lo cual algunos países necesitan importarlo. La demanda es grande y establecen filiales en dichos países.

Así pues, el mercado es global, y multitud de audaces inversores deciden establecer sus emporios en la base de las materias primas. Como los gobiernos no pueden ni quieren (por los incentivos que aportan) desalojar a quienes agreden la soberanía del pueblo sobre sus tierras, el pueblo difícilmente accede a las riquezas que legítimamente le corresponden. Esto nos permite dilucidar porqué países tan abundantes en recursos tienen tantos problemas de avituallamiento. Y es que el capitalismo ha sido concebido para el enriquecimiento personal y la subsistencia de los fuertes ¡Y lo han conseguido! ¿No será que lo que está pensado para algo acaba desenvolviendo únicamente la función para la cual ha sido creada?

Algunos de los inveterados idealistas detractores del socialismo, arguyen que sólo conformó brutales represiones y dictaduras, y bien, se basan en experiencias que fueron calificadas por la mayoría de marxistas de descarrío, como el régimen de Pol Pot que finalizó con la liberación por parte del Vietnam socialista. Algunos autodenominados socialistas repudian el mensaje ''excesivamente radical'' y exhortan también a la pequeña burguesía, otros se abrazan al anarco burguesismo de Bakunin y otros al republicanismo burgués. Y es que las ideas están tan fuertemente condicionadas por la sociedad, por los lugartenientes del régimen, los medios de comunicación, abotagados por el éxito y las opíparas comilonas, descuidando su primigenia labor de denuncia y reivindicación, que es difícil ofrecer una respuesta que satisfaga a la opinión pública que se bate en retirada hacia los seguros y cálidos parapetos desde los cuales dirigen alocuciones al pueblo repletas de odas a la moderación y la santificación de la libertad a cualquier precio, el avance del conservadurismo anacrónico, de la intolerancia hacia la pluralidad, la regresión en las condiciones de trabajo o el despido con menos indemnizaciones, pues sí, esta es la respuesta del banco mundial a la crisis, precariedad laboral, menos veda a los capitalistas, mas esclavización a los asalariados, o a los arrendados.

Y tras estas muestras de la impotencia del sistema siguen sosteniendo que funciona. Y mi respuesta es: No temáis al progreso. Y la invectiva postrera del antisocialismo tiene su culminación cuando establecen símiles con el fascismo. ¿Nadie detecta la diferencia entre declamar a la humanidad y declamar a la raza?

Retornando al asunto que nos atañe, en suma, las empresas constituyen la autoridad que más atenúa nuestras libertades, la que más influjo supone en nuestra vida cotidiana y sobre nuestros planes de futuro. El Estado es solo el avalador de las Empresas. ¿Existe la libertad de expresión? Quien manifieste un juicio contra su jefe, (Sr. o Don, vestigio de las antiguas relaciones de cortesía a superiores) sin ser despedido será un maestro de la autocrítica. ¿Elegimos a quien dirige el gobernalle de nuestras vidas? No, lo elige una junta de accionistas, o el propio patrón por su eficacia. Es decir, nos encontramos en una Tecnocracia o siendo más concisos, en una Dictadura Empresarial.

El comunismo puede ir o no ligado a la democracia, pero la democracia es siempre divergente del capitalismo.

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